viernes, 28 de febrero de 2014

Alcanzar, construir La Paz… sin condiciones.


Por: Carlos Garcia Solo tres letras para definir las relaciones naturales entre seres humanos, como” Situación de tranquilidad y buena relación entre los miembros de un grupo”.

Corta la palabra, pero de amplísimo contenido significativo, de profunda importancia para la supervivencia del género humano, de vital aplicación para vivir como ciudadanos, sin distingos de color, creencias, posiciones políticas, concepciones ideológicas, etc. Base primigenia de la convivencia humana.

En nuestro país, La Paz se ha visto alterada, atacada por grupos minoritarios que quieren imponer a las mayorías nacionales su concepción racista, discriminatoria, de la sociedad y de la política.

Se está recurriendo a la violencia, como arma indiscriminada para atacar a Gobierno, a pueblo y buscar el enfrentamiento entre venezolanos como método para desestabilizar el país y facilitar la intervención armada extranjera.

Oímos, este miércoles 26/02/2014, durante la instalación de la Conferencia por la paz, convocada por el Presidente de la República, a representantes de los sectores Políticos, económicos, sociales, culturales, jóvenes, estudiantes, mujeres, etc. Y encontramos una coincidencia general entre la variedad de planteamientos expuestos: Todos quieren, necesitan, anhelan y buscan La Paz.

Hubo señalamientos muy acertados sobre las causas de la violencia y la necesidad de resolver problemas económicos, políticos, sociales, culturales, para atacar y aislar la violencia construyendo la Paz.

Hubo algunas voces disonantes, sobre todo de sectores del mundo económico que casi pusieron como condiciones para la paz, la defensa cerrada de sus intereses, poniendo como causal de la violencia el problema del desabastecimiento y la supuesta parálisis del aparato productivo Nacional. Se cuidaron bien de no hablar de la guerra económica que está aupando la violencia al aumentar el desabastecimiento, de no hablar del contrabando de extracción de alimentos y artículos de aseo y limpieza, de no hablar de la injerencia extranjera en nuestros asuntos caseros y por supuesto tampoco hablaron del papel que están desempeñando ciertos personeros de la oposición en la organización, entrenamiento, planificación y ejecución de la violencia en zonas donde las alcaldías están en sus manos, lo mismo que alguna gobernación.
Varios voceros de diferentes sectores, pidieron honestidad, claridad, transparencia, en una palabra, sinceridad en el diálogo. Lo que no sabemos es si ellos van a respetar esa condición y no van a hacer lo mismo que en ocasiones anteriores: hablaron con el gobierno, acordaron acciones y no cumplieron.

Para el sector económico (Fedecámaras), el problema de la violencia se reduce a cambiar la política económica del gobierno y casi llama a la renuncia de la Revolución Bolivariana y Socialista, contradiciendo incluso sus señalamientos al aceptar que tienen capacidad para producir y distribuir alimentos, pero que lo harán condicionado la  acción a la respuesta que el gobierno dé a su chantaje económico. Para estos sectores, aunque algunos reconocieron, los avances sociales, económicos, vivienda, salud, educación; son irrelevantes, pues su única meta es enriquecerse cada día más y derrotar la Revolución Bolivariana.

El pueblo debe estar muy atento, en alerta permanente, sobre las conversaciones para denunciar e impedir cualquier acuerdo que pueda lesionar los intereses patrios.
Pidieron desde los sectores de oposición sinceridad en el dialogo, pero sólo al gobierno, sin ellos prometer nada en el mismo sentido, pidieron señales gubernamentales sobre la sinceridad, pero ninguno estableció compromisos alguno para dar señales equivalentes de su parte.

Alguien hasta se atrevió a justificar la violencia señalando las manifestaciones como protestas estudiantiles pacíficas. Pidió justicia para una dama asesinada, según él, por las fuerzas gubernamentales, tratando de ocultar el horrendo asesinato del motorizado degollado con una guaya en una calle del este caraqueño.

Aunque hubo, al menos verbalmente, apoyo total a la paz. No hubo por parte de la oposición ni un solo gesto de arrepentimiento y perdón, como lo exigen para ellos, desde el gobierno y desde el pueblo revolucionario.

Somos un pueblo pacífico, solidario, enemigo de toda violencia, que anhelamos la paz como el camino hacia el desarrollo, hacia la equidad, hacia la igualdad y hacia la felicidad de todos.
Estemos atentos en la organización, movilización y lucha por construir la paz, sin claudicar a nuestra revolución Bolivariana y Socialista.

“Entre vencer o morir, necesario es vencer”

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