Por: Carlos Garcia
En Jáuregui como en toda Venezuela se continúa librando hoy
la dura batalla del pasado contra el futuro y la esperanza, de los poderosos de
siempre contra los humildes que producen la riqueza con su trabajo mal pagado,
de la nueva república contra los vicios de la vieja, del pueblo contra sus
explotadores, de las conquistas sociales contra los viejos privilegios de la
clase que pretende eternizarse en el dominio del poder, de los fascistas contra
los excluidos, del trabajo contra el capital.
En Jáuregui se juega el futuro de la Patria Chica, de los
beneficios sociales que se han logrado con la Revolución Bolivariana, de los
derechos alcanzados por el pueblo en sus luchas cotidianas, de las conquistas
socio-políticas y económicas que benefician a las mayorías populares. En esta
batalla que libramos los revolucionarios, el pueblo invisibilizado por los
políticos de la cuarta república se bate contra la oligarquía fascista, golpista,
explotadora y mentirosa que busca apoderarse del poder municipal para reconquistar privilegios y mantener el
control de sus intereses dentro del neoliberalismo que destruye pueblos y
esclaviza a la humanidad.
Se enfrentan el dinero de la prepotencia burguesa contra la
humildad del luchador revolucionario, popular, honesto y comprometido. La mentira fascista contra la
verdad revolucionaria. Se da la batalla del capital explotador de la oligarquía
reaccionaria contra el trabajo honesto, productivo y engrandecedor de la
patria. Se da la batalla entre la minoría oligárquica que reniega de la patria
y sirve de rodillas al imperialismo yanqui, contra la mayoría del pueblo que
lucha denodadamente para conquistar la sociedad de iguales, sin excluidos, sin explotados,
sin invisibilizados, sin clase dominante y clase dominada, como un solo pueblo:
el Venezolano.
El 8 de Diciembre culmina la batalla, sin ejércitos armados,
en paz y orden, de la escogencia del camino futuro del municipio y del país,
con los votos mayoritarios del pueblo consciente, con visión de esperanza, para
conquistar el poder popular, el poder comunal, con Macario como alcalde al servicio de
los intereses de la inmensa mayoría de ciudadanos que habitamos en tierras
Jaureguinas.
El 8D, estaremos decidiendo entre el dinero que compra votos
y la honestidad que construye patrias, entre el fascismo apátrida y la
democracia participativa y protagónica, entre el capitalismo pro imperialista y
el trabajo hacia lo sociedad socialista, entre el poder de unos cuantos y el
poder popular de todos, entre la empresa privada y la producción comunitaria,
entre la Cuarta República y la Revolución Bolivariana y Socialista que nos dejó
Chávez, El pueblo, decide su suerte: Revolución y poder popular o contrarrevolución
y poder para los privilegiados. No hay términos medios: explotados o
explotadores, clase capitalista y clase trabajadora.
El pueblo votará por los trabajadores, por los explotados,
por el poder comunal, por la revolución que representa su esperanza, su futuro:
votará por Macario.
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