Por: Carlos García
La derecha fascista en Jáuregui celebra la toma de posesión de su Alcalde,
obviando descaradamente cualquier denuncia sobre la Guerra Económica que
promueve.
Con bombos y platillos, exultantes de júbilo al más puro estilo nazi, la derecha celebro la Juramentación y toma de posesión de su alcalde, en un acto que se tradujo en la violación de las más elementales normas del protocolo para estos casos e incluso violando normas legales sobre deberes y derechos de funcionarios públicos.
Pero esto no sería ningún problema, pues en la dirección de la orquesta y detrás de bastidores estaba nada más y nada menos que el ciudadano Pérez Vivas, tristemente célebre exgobernador del Táchira, sobresaliente representante del cogollo más reaccionario de COPEI, ya que los máximos dirigentes de la MUD andaban de “vacaciones” fuera del país.
Con el acto, la claque fascista dio bastante circo y escondió el pan al pueblo, se escudó en el mismo para continuar silenciando, escondiendo y negando su responsabilidad directa en la Guerra Económica, contra el pueblo venezolano, y en el caso que nos atañe contra el pueblo Jaureguino. La MUD Jáuregui, el alcalde electo y posesionado, ni los Concejales han dicho una sola palabra para denunciar o condenar a los acaparadores, los usureros, los ladrones del pueblo que esconden alimentos, gas, materiales de construcción, productos de limpieza y acusan al Gobierno Revolucionario Bolivariano de ser culpable de la más alta traición que ellos están cometiendo. Aplican aquel viejo y famoso mecanismo de robar y gritar al ladrón, al ladrón…
No hemos visto el más mínimo pronunciamiento o denuncia contra ninguno de los comerciantes y prestadores de servicios, que se han enriquecido aún más, explotando al pueblo durante las actividades navideñas a través de la venta usuraria con ganancias de hasta tres mil y cuatro mil por ciento.
Las tiendas de ropa, zapatos, los comercios de artefactos eléctricos, los distribuidores de equipos electrónicos, los dueños de ventas de repuestos automotrices, las farmacias, las panaderías, los negocios afines a construcción, las ferreterías, distribuidoras de materiales de construcción, los prestadores de servicios, hasta las cableras, se han dedicado a chantajear al pueblo, acaparando y luego vendiendo a precios de las más desmedida usura, de robo descarado. Pero, la mayoría de propietarios de estos negocios viene apoyando al Candidato, ahora alcalde de la MUD en Jáuregui y de esa manera compran impunidad y silencio de parte de la dirigencia política derechista encabezada por su alcalde.
Y dejamos aparte los vendedores de alimentos y productos de limpieza, que estafan al pueblo trabajador mediante el acaparamiento, la venta a altos precios, basándose en que sin comida el pueblo no puede sobrevivir y con esa argucia buscan la protesta popular contra el gobierno Bolivariano y se enriquecen sin control ni medida, amparados en el silencio cómplice de la derecha y en sus directrices de guerra económica.
Todo esto, sumado a la manipulación de la distribución del gas, el contrabando de gasolina, alimentos humanos y animales, abonos, etc., está siendo utilizado por la derecha golpista y reaccionaria para buscar la desestabilización del país y supuestamente la toma del poder por ellos para devolvernos a la cuarta república, a la dependencia y a la venta de nuestras riquezas al imperialismo, eliminando los grandes beneficios sociales, económicos y políticos conquistados por la gente a través de la revolución Bolivariana.
Pero así como la derecha, representante de los explotadores, de la burguesía traidora, antipatria, guarda silencio, porque cuida los intereses de los explotadores, nos preguntamos; ¿Por qué el silencio de la dirigencia revolucionaria? ¿Dónde está el partido que tiene y debe hacer el trabajo de organizar, formar y movilizar al pueblo en la lucha contra la Guerra económica, contra esa burguesía que nos quiere vender al imperio?
¿Dónde están los revolucionarios, rojos rojitos de verdad, que fungen como autoridades de los organismos oficiales encargados de la contraloría económica del país, particularmente en Jáuregui, que permiten los desafueros de la burguesía en el municipio? ¿Acaso su “rojismo” es la complicidad o la venta a las mafias comerciales y prestadoras de servicios? ¿Dónde ejecutan sus funciones preventivas y controladoras los cuerpos de seguridad del estado venezolano, que permiten el contrabando más descarado y brutal? ¿Será verdad aquello de la complicidad de esos organismos con La derecha reaccionaria? ¿Puede más el dinero fácil que el amor a la patria, que la defensa de la soberanía, que la conservación de nuestros derechos como pueblo libre? O despertamos y actuamos, o estamos traicionando la patria con nuestro silencio y complicidad…
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