Estos catorce años de la nueva era, como le gustaba al Comandante Supremo llamar al proceso revolucionario, han sido fructíferos en la formación de cuadros patriotas con experiencia en la cosa pública. Los avances notorios en áreas como salud, educación y vivienda han hecho posible la capacitación de camaradas y compañeros tanto del PSUV como del Polo Patriótico en disímiles tareas sobretodo en los campos ejecutivos y legislativos. Esta generación de gerentes revolucionarios se la debemos a Chávez, a su lucidez como líder, a su visión a futuro, al increíble mapeo que de manera constante hacía de la realidad venezolana y mundial. Es en este contexto que podemos entender la designación de Nicolás Maduro. Un cuadro con un alto nivel de preparación y con experiencia probada en la función social y pública.
Maduro viene de las luchas estudiantiles en las barriadas caraqueñas, asume luego su condición de obrero y dirigente gremial comprometido con las causas justas en el Metro de Caracas, hace realidad la alianza pueblo y ejército acompañando al Comandante Hugo Rafael Chávez Frías en la travesía de desierto que significaron los años posteriores a la rebelión de 1992 y luego en el glorioso 6 de diciembre de 1998cuando Chávez propina su primera derrota electoral a la oligarquía local y es designado Presidente de la Patria de Bolívar, seguirá una formación enriquecedora en el Poder Legislativo participando en la redacción de las leyes fundamentales en las cuales se sustenta el Poder del Pueblo, poniendo al desnudo las maniobras y manipulaciones de los asambleístas de la derecha. Entre otras actividades será invitado a Foros e intercambios en un sinnúmero de naciones donde expondrá el pensamiento bolivariano y la lucha contra la desigualdad social ante destacados grupos y personalidades del escenario mundial. Hace seis años y tres meses el líder Supremo de la Revolución Bolivariana lo llamó para que integrara el gabinete ministerial y asumiera las riendas de la cartera del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores y como patriota disciplinado y leal, que lo es, asumió esta función.
Para entonces el MPP para las Relaciones Exteriores no expresaba el pensamiento y la acción revolucionaria que cumplía y llevaba adelante Chávez. Podíamos decir que era un bastión donde los reaccionarios conservaban funciones esenciales y en su visión, siempre desacertada, creían que podían entronizarse en las embajadas despotricando del Presidente Chávez y del gobierno revolucionario. Se consideraban intocables.Como en el son de Carlos Puebla, llegó Nicolás Maduro y mandó a parar. Debió entonces el compañero Maduro Moros emprender una difícil tarea de revisión y actualización de la estructura y el personal del ministerio. Con inteligencia y prudencia alcanzó con éxito la renovación del Despacho de Exteriores contando siempre con el respaldo absoluto del Comandante Presidente. Sabía nuestro Supremo líder que estaba formando un estadista a futuro que garantizara la continuidad de su obra.
Vinieron el 9 de diciembre de 2012 las palabras del Líder Supremo:”mi opinión firme, como la luna llena, es que ustedes elijan a Nicolás Maduro como Presidente. Se los pido de todo corazón. Es un hombre joven, de una gran experiencia, de una gran capacidad para manejar crisis, tiene el don de gente y se ha ganado el reconocimiento internacional”. Así lo entendimos y así lo aceptamos en medio del pesar y del abatimiento.
Hoy el compañero Nicolás Maduro, un cuadro gerencial revolucionario cargado de experiencias y confrontaciones, salido de las entrañas de este pueblo generoso asume el legado de Hugo Rafael Chávez Frías.
El domingo 14 de abril vayamos todos a votar por la Patria, a votar por el candidato de Hugo Chávez Frías, a darle el triunfo a Nicolás Maduro, que significa El pueblo hecho Revolución.
Fuente: PSUV
HÉCTOR AGÜERO
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